...
Me miro y no me reconozco.
Soy yo. Pero también Soy Otra.
Me empeño y sé que es en vano.
Me empeño y al hacerlo me empaño.
Se me empaña la voz, el gesto. La mirada. La Piel.
Se me empañan las palabras que escribo… Las que ya no escribo también.
Se me empaña el alma.
Está bien. Me rindo. ¡Vendo el alma!
Mmmm…. ¿Por qué no?
No debe ser para tanto…
Después de todo, quizá, esté sobrevalorada. El alma, digo.
El Alma. Mi Alma. Mi espíritu. Mi esencia. Mi substancia.
Vendo lo mejor y lo peor de mí. Lo vendo. Lo alquilo.
Me hipoteco.
Enroco una de mis torres de Quart con mi Rey hecho de humo blanco, o negro, qué más da, y empujo a la Reina a una misión inviable. Suicida.
Mi Reina es valiente y aguerrida… Temeraria. Una luchadora.
Es tan veloz como el Alfil, y más escurridiza que el Caballo. Capaz de movimientos peligrosos y gestas audaces… Es atrevida, osada… Una amazona. Una hembra rebelde. Una mujer indomable. Toda Verdad.
No la busques si no quieres encontrarla… No la apuestes en una jugada imposible contra ella misma…. No la juzgues si no quieres ser juzgado…
Cómoda como una ducha caliente… Inquieta como el filo de una falda lamiendo muslo… Suave. Granítica. Cálida. De hielo. Ardiente. Silenciosa.
Mi Reina lo mismo lo arriesga todo en una jugada inasequible, unilateral, intrépida…, ignorando conflictos ingentes, inmolándose por defender un sentimiento arrebatado… Que se oculta entre las sombras de la noche sin volver a decir esta boca es mía…, secuestrando durante días el frenético baile de los dedos sobre el teclado…
Es fe y castigo. Es piel, y herida desgarrada sobre esa piel. Es ganas y miedo. Es música y silencio. Es llama en el infierno, infierno todo el día…, calor y humedad… ¡maldito seas! Es susurros a media voz y gritos salvajes. Es té caliente y zumo de guayaba. Es gozosa parada en la carrera alocada escaleras arriba en un hotel construido de sueños y paseo prohibido calle desierta adelante al final de una madrugada rescatada de lo que nunca debió ser… Es paz y es guerra. Es todo lo que tiene y todo lo que sueña. Lo que teme y lo que anhela. Lo que no será nunca. Lo que ya es. Musa incorpórea de la danza en medio de «La Tempestad». Carne definida, concreta, tibia…, entre manos que hincan dedos, que sujetan, que retienen y contienen…, fuerte… Rico. Nunca te dejaré marchar… Sincera promesa de felicidad… Sé que podría hacerte tan feliz… Y no miente… Porque es océanos insalvables y estrellas inalcanzables… Loca. Demente. Sin mente. Con razón. Loca con razones para estarlo. Para dejar de estarlo. Porque en toda locura hay un punto de cordura.
Y yo estoy aquí para ser ella. Para dejar de serlo.
Estoy aquí para ser yo misma…, para ser Otra. Porque también soy otra. Porque todos…, en el fondo, somos otros, y los mismos, y los opuestos, y parecidos… ¡Y tan distintos!
Valientes. Cobardes. Mentirosos. Sinceros y letales. Dulces y dolientes. Seres humanos…, viajeros potenciales a planetas lejanos, a universos paralelos. Seres humanos al fin y al cabo…, pequeños dioses con pies de barro.
Seres como Tú. Como Yo. Como el otro. Como el de un poco más allá. El del Blog de al lado sin ir más lejos… El de un poco más lejos, también.
Sólo Él… El Espíritu Libre, elevado y excelso, se libra. Él nos mira desde su atalaya con aire, a veces condescendiente, a veces enfurecido, y se ríe. Se ríe. Se ríe de nuestras pequeñeces, nuestros risibles asuntos terrenales…, homínidos.
Es cierto. Te lo dije. No digas que no te advertí. Jugamos en ligas distintas. Iba a decepcionarte sí o sí…
Pero no importa. Hoy sé que nada importa demasiado…
Porque soy Dama en un tablero imposible… No en el de Montglane. No. Te lo dije.
Y hasta aquí llego para ser yo. Para ser Otra. Para ser todo lo que tú deseas y yo no puedo evitar desear… Y castigarme. Y disfrazarme. Y redimirme. Y volverme a incendiar. A inventar.
Soy yo sola. Carne y quimera. Pero también soy otra. Su oponente. Su contraria. Antagonista perpetua. Soy Terpsícore y soy Euterpe. Y soy todas las mujeres. Las que siempre admiré. Las que intuí. Las que soñé. Las que nunca me atreveré a ser. Las que aún no existen también. Ésas, las inventaré.
Hasta aquí llego para ser todas.
Ninguna.
Yo sola.
Otra.
Mutando... 